La Hipertensión Arterial
Uno de los asesinos silenciosos más activos
Introducción:
La hipertensión arterial es uno de los 3 estados generales, en los que se clasifica la presión arterial. La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias en cada latido del corazón. Con cada latido del corazón, se irriga sangre a las arterias. La presión arterial llega al máximo valor cuando el corazón late y al mínimo cuando descansa entre latidos. La lectura de la presión arterial se representa con dos números. El número mayor, mide la presión arterial cuando late el corazón, se conoce como sistólica y el número menor, mide la presión arterial entre latidos, en este caso se conoce como diastólica.
Clasificación general y valores estándar de presión arterial:
- Presión arterial alta (hipertensión): > 140/90 mm Hg.
- Presión arterial normal: 120/80 mm Hg o cercana a.
- Presión arterial baja (hipotensión): ≤ 90/60 mm Hg.
Cuidado: Aunque usted sea una persona tranquila y relajada puede tener la presión arterial alterada y no significa que usted esté nervioso o inquieto, por lo tanto, no puede controlarla solo relajándose y permaneciendo calmado. La presión se controla con un tratamiento adecuado propuesto por un médico y si usted no lo hace así, la presión arterial alterada, puede provocarle algún día un ataque al corazón, un derrame cerebral o un problema con los riñones, entre otras afecciones.
Recuerde que:
- Uno de cada cuatro adultos padece de esta afección.
- El hecho de que se encuentre bien, no demuestra que su presión arterial sea normal.
- Usted puede tener la presión alterada, aunque se encuentre bien.
Algunas personas creen que su presión arterial está alterada, cuando tienen dolor de cabeza, se sienten mareadas o nerviosas y ese es el momento en el que se toman la medicación. Esto es un grave error, las medicinas deben tomarse de acuerdo a las instrucciones que le ha dado su médico.
En este artículo, analizaremos básicamente lo relativo a la hipertensión arterial, de acuerdo al siguiente índice de preguntas frecuentes:
1.- ¿Cuáles son las causas de la hipertensión? Se desconoce el mecanismo de la hipertensión arterial más frecuente, denominada "hipertensión primaria". Existen otros tipos de hipertensiones, en las que se puede identificar claramente su causa desencadenante y reciben el nombre de Hipertensiones secundarias. Así algunas enfermedades renales se acompañan de hipertensión (hipertensión renal); el exceso de función de algunas glándulas endocrinas, originan elevación de la tensión arterial por aumento de la producción de mineralcorticoides. En la hipertensión primaria, no se han descrito todavía, sus causas especificas, aunque se ha relacionado con una serie de factores que suelen estar presentes en la mayoría de estos pacientes. Conviene separar, aquellos no modificables, tales como: herencia, sexo, edad y raza de aquellos otros que se podrían cambiar al variar los hábitos, ambientes o condiciones de vida de las personas, como: la obesidad, la sensibilidad al sodio, el consumo excesivo de alcohol, el uso de anticonceptivos orales y un estilo de vida muy sedentario. Factores modificables: En la gran mayoría de los casos, el nivel de presión arterial elevada, hipertensión, es el resultado del estilo de vida de una persona y sus factores básicos son:
- Sobrepeso: La relación que existe entre peso y presiones arteriales, y entre sobrepeso e Hipertensión, se conoce desde hace muchos años, y la reducción del sobrepeso se utiliza en el tratamiento de la misma también desde hace mucho tiempo. Hay que partir del hecho de que un individuo con sobrepeso esta más expuesto a tener más alta la presión arterial que un individuo con peso normal. A medida que se aumenta de peso se eleva la presión arterial y esto es mucho más evidente en los menores de 40 años y en las mujeres. La frecuencia de hipertensión arterial entre los obesos, a cualquier edad que se considere, es entre dos y tres veces superior a la de los individuos de la misma edad que estén en su peso ideal. No se sabe con claridad si es la obesidad por si misma la causa de la hipertensión o si hay un factor asociado que aumente la presión en personas con sobrepeso, aunque las últimas investigaciones apuntan a que a la obesidad se asocia otra serie de alteraciones que serían en parte responsables del aumento de la presión arterial. También es cierto, que la reducción de peso hace que desaparezcan estas alteraciones. Consecuencias del sobrepeso: La hipertensión arterial es un poderoso factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares. La obesidad por sí misma es una condición que aumenta el riesgo de enfermedades coronarias y vasculares. Se ha admitido que la asociación hipertensión arterial y obesidad empeora el pronóstico cardiovascular. El sobrepeso, además de asociarse frecuentemente a la hipertensión, también se asocia con más frecuencia a la diabetes, al aumento del ácido úrico y del colesterol. Enfermedades todas ellas relacionadas con el riesgo de desarrollar arteriosclerosis y sus complicaciones. Con el sobrepeso también se producen alteraciones endocrinas, que se pueden manifestar como irregularidades en el ciclo menstrual de las mujeres o incluso retraso en el crecimiento de los niños. Por otra parte, con el sobrepeso las articulaciones sufren más, favoreciendo la aparición de problemas articulares que derivan en artrosis.
La importancia de perder peso: Está demostrado que el sobrepeso, además de elevar las presiones arteriales, limita la efectividad de los fármacos, de tal forma que a mayor sobrepeso mayor cantidad de fármacos y peor control de las cifras tensionales. La reducción del sobrepeso es una medida esencial del tratamiento de la hipertensión, pero no es necesario llegar al peso ideal: una perdida de 3-4 Kg repercute de forma importante en el control tensional. El sobrepeso es una de las principales causas de hipertensión resistente a fármacos, es decir, de hipertensión que es de muy difícil control y si usted es un hipertenso obeso debe esforzarse en adelgazar, aunque este siendo tratado con fármacos antihipertensivos.
Algunas cosas que debe recordar:
- La tensión alta es mucho más frecuente en personas con sobrepeso
- Cuando una persona gana peso, la tensión tiende a aumentar; cuando pierde peso, la tensión a menudo baja.
- En algunos pacientes, la pérdida de peso puede incluso hacer que se controle la hipertensión y que incluso lleguen a no necesitar medicamentos, sobre todo en aquellos en que la presión no es muy alta.
2.- ¿Cómo se trata la hipertensión?: El médico prescribe generalmente un único medicamento para comenzar y en su elección van a intervenir factores como la edad, el sexo, el peso, el tipo de vida, etc. Esto tiene una gran ventaja, permite comprender sobre cual mecanismo hay que actuar para corregir su hipertensión. Sí, al cabo de algunas semanas, su tensión arterial no ha descendido bastante su médico le propondrá sin duda aumentar la dosis del medicamento elegido o cambiar el tipo de medicamento. Si las cosa no mejorar otro u otros medicamentos vendrán a completar el efecto del primero. Cualquiera que sea su edad, usted tiene 5 o 6 oportunidades sobre 10 de ver su tensión mejorada o normalizada en 4 meses con un solo medicamento. Cuando lo que se utiliza son dos medicamentos, el número de oportunidades aumenta a 8 sobre 10. Si su presión arterial resiste a tres drogas, es decir si es siempre superior a 160/95 mm Hg, no se desespere, porque su médico puede solicitar un examen más profundo o apelar a su especialista. La hipertensión no puede curarse en la mayoría de los casos, pero puede controlarse. En general debe seguir un tratamiento regular, de por vida, para bajar la presión y mantenerla estable. Las pastillas son sólo parte del tratamiento de la hipertensión, usualmente el médico le recomendará, entre otras posibles acciones:
- Seguir una dieta para perder o mantener peso.
- Hacer ejercicios: Mínimo caminar media hora diaria.
- Moderar el consumo de sal, grasa y azúcar.
- Dejar de fumar.
- Rebajar el consumo de bebidas alcohólicas.
- Tomarse cada día los medicamentos recetados.
- Medir periódicamente sus niveles de presión arterial.
Los cambios en el sistema de vida pueden ser muy útiles para controlar la hipertensión, deberá hacerlos. Nota: En ningún caso trate de determinar usted mismo cual es el régimen de vida y comidas que puede llevar. Cualquier duda consúltela con su médico y su nutricionista y siga las instrucciones recibidas.
3.- ¿Debe el hipertenso disminuir el consumo de sal?: Reducir el consumo de sal es la medida más inmediata y popular que debemos tomar cuando se nos diagnostica de hipertensos. Sin embargo, existe una gran variabilidad de un paciente a otro en la respuesta a la restricción de sal en la dieta, esto se debe a la existencia de la denominada "sensibilidad a la sal" de tal manera que hay hipertensos sensibles, alrededor del 60%, y resistentes a la sal, 40% de los pacientes. Los primeros reducen las presiones al disminuir el consumo de sodio, los segundos no las modifican. Desgraciadamente no existe una prueba sencilla o análisis para saber quién es sensible a la sal y quién no lo es. Para identificar esta cualidad es necesario someter a restricción de sodio a todo paciente hipertenso durante un periodo no inferior a 4 semanas y observar la evolución de sus cifras tensionales. No obstante, sea cual sea el efecto de la reducción del consumo de sodio sobre las presiones arteriales, conviene, como norma general, restringir al menos moderadamente el consumo, debido a que se ha demostrado que consumir mucha sal puede influir en el rendimiento del corazón al tener que manejar mayor volumen en la circulación, ya que el sodio retiene agua.
Recomendaciones para consumir menos sodio: El consumo de sal debe irse disminuyendo poco a poco, de tal forma que se vaya acostumbrando el paladar, cosa que suele ocurrir a la mayoría de las personas en poco tiempo.
- Utilice menos sal cuando cocine o no use el salero en la mesa.
- Para aumentar el sabor de las comidas utilice pimienta y otras especies, jugo de limón, hierbas aromáticas, ajo fresco o polvo de ajo o de cebolla.
- Utilice aceite con sabor como es el de oliva.
- Use productos bajos en sodio.
- Coma el mínimo posible de los alimentos en los que se utiliza gran cantidad de sodio al ser procesados, como son las conservas, los embutidos y los precocinados.
- Evite abusar de carnes saladas o ahumadas, como son la panceta, jamón, tocino, etc.
- En restaurantes elija la comida que más se ajuste a estas recomendaciones:
- Pida que la comida que le sirvan no esté salada
- Lea las etiquetas con atención, algunas indican la cantidad de sodio que contiene cada porción.
- Pida a los que cocinen sus comidas que le ayuden a no usar sal. Es posible que también ellos mismos se beneficien.
- Si en su caso en particular fuera imprescindible una mayor restricción del consumo de sal, sería necesario cocinar con muy poca sal o utilizar una sal potásica o magnésica en vez de sal común.
Un truco que se puede utilizar cuando uno comienza el periodo de la reducción de sodio, y aún no está acostumbrado al sabor de la comida sosa, es qué en algunos tipos de alimentos, como la verdura cocida o al vapor, el filete a la plancha, etc., sean cocinados sin nada de sal y utilizar una pequeña cantidad que usted pondrá en el alimento cuando ya esté en su plato. De esta forma conseguirá que las papilas gustativas se estimulen rápidamente al contacto directo con la sal y así no notará que la comida esta cocinada sin ella. Pero recuerde la cantidad de sal común que usted puede usar para todas las comidas del día no debe sobrepasar los 2gr, una cucharita de té, esta cantidad la puede utilizar donde usted crea más conveniente.
4.- ¿Debe el hipertenso limitar el consumo de alcohol? El vino no es nocivo, sólo lo es si lo tomamos en exceso. Un vaso o dos contribuye a un buen equilibrio alimentario y puede llegar a ser un placer. Pero al igual que ocurre en los obesos, entre personas que toman grandes cantidades de alcohol, la frecuencia de hipertensión es significativamente superior a la encontrada entre los bebedores moderados. Es decir, beber alcohol en exceso aumenta la tensión arterial, pero este efecto no se manifiesta si las cantidades de alcohol son moderadas. Es importante señalar que la ingesta de hasta 40 gr diarios, no solo no produce elevación de la tensión arterial, sino que se asocia a una pequeña disminución de la misma, aunque al hipertenso que no bebe no se le aconseja que lo haga. No obstante, hay que recordar que las bebidas alcohólicas tienen calorías, por ello, si estamos sometidos a una dieta baja en calorías se debe restringir su uso. Algunas veces hay que restringir aún más el consumo de alcohol, sobre todo si, como es frecuente, la hipertensión se asocia a enfermedades metabólicas como diabetes o al aumento de ciertas grasas en la sangre (triglicéridos). ¿Cómo saber cuánto alcohol tomamos? La forma adecuada de calcular cuánto alcohol consume una persona es anotando todas las bebidas que toma a lo largo de la semana, no se considera válido el cálculo de un día aislado, pues en el fin de semana se toma generalmente más alcohol.
Se considera excesivo consumo de alcohol:
- Más de 40 gramos/día en el hombre y más de 24 gramos/día en la mujer.
Esto equivale a un vaso de 100ml con vino, una caña de 200ml de cerveza o una copa pequeña con 50ml de licor.
5.- ¿Debe el hipertenso limitar el consumo de café? Existe la creencia de que la ingesta de café esta asociada a la elevación de las presiones arteriales y que el hipertenso no debe ni siquiera probarlo. Sin embargo, no parece que el consumo de cantidades moderadas de café, no más de tres tazas diarias, se asocie a elevaciones de la presión arterial. Sin embargo, si usted es especialmente nervioso, el consumo tanto de café como de té u otros excitantes, en general, le puede ser perjudicial, sobre todo si su presión arterial no está bien controlada. Pero, fuera de esas condiciones, no es necesario suprimir el café, aunque no se recomienda en ningún caso la ingesta de más de tres cafés al día.
6.- ¿Debe el hipertenso dejar de fumar? El efecto del tabaco sobre la presión arterial no está claramente establecido, hay que señalar que la presión arterial de los fumadores es generalmente inferior que la de los no fumadores. Sin embargo, el tratamiento antihipertensivo en los pacientes que fuman es menos eficaz y los problemas asociados a la hipertensión son más importantes y frecuentes en fumadores que en los que no lo hacen. Además, el consumo de cigarrillos aparte de ser un importante factor de riesgo para padecer un infarto de miocardio, incluso aunque el paciente sea normotenso, lo es también para las enfermedades pulmonares, entre las que se incluye el cáncer de pulmón. Dejar de fumar y particularmente si es usted hipertenso es una de las medidas más inteligentes que puede tomar si desea proteger su salud.
¿En qué momento hay que dejar de fumar?: Cuando usted deja de fumar, es indiferente el tiempo o la cantidad que haya fumado, su riesgo de enfermedad cardiaca ira disminuyendo. Sólo después de 10 años el riesgo de muerte por enfermedad cardíaca es la misma que si no hubiese fumado nunca. Por lo tanto, es importante dejar de fumar antes de que aparezcan signos de enfermedad cardiaca. No espere a tenerla. Deje de fumar ahora.
7.- ¿El ejercicio físico reduce la tensión arterial? Si. La práctica de ejercicio físico es altamente recomendable, pues no sólo se produce una reducción de las presiones arteriales, sino que también tiene un efecto beneficioso sobre otros factores de riesgo cardiovascular tales como la obesidad, diabetes, colesterol alto, etc. Sea cual sea su edad hacer regularmente ejercicio físico moderado es un hábito saludable que le reportará beneficios a lo largo de toda la vida, algunos de ellos se los exponemos a continuación:
- Le da más energía y capacidad de trabajo.
- Aumenta la vitalidad.
- Ayuda a combatir el estrés.
- Mejora la Imagen que usted tiene de sí mismo.
- Incrementa la resistencia a la fatiga.
- Ayuda a combatir la ansiedad y la depresión.
- Mejora el tono de sus músculos.
- Ayuda a relajarse y encontrarse menos tenso.
- Quema caloría, ayudándole a perder su peso de más o a mantenerse en su peso ideal.
- Mejora el sueño.
- Proporciona un camino fácil para compartir una actividad con amigos o familiares y una oportunidad para hacer nuevos amigos.
Riesgos del ejercicio físico: El ejercicio físico tiene una serie de potenciales riesgos como son:
- Daño muscular o articular
- Agotamiento cardiaco (raro)
- Agravación de problemas cardiacos existentes o latentes.
Estos riesgos no implican la necesidad de ir al médico antes de iniciar una actividad física si usted lleva a cabo un programa razonable, gradual y adecuado para su edad y condición física. Sin embargo, hay algunas personas con patologías muy concretas, que sí deben consultar al médico antes de comenzar a realizar ejercicio físico como son los cardiópatas, individuos con patología ósea como artritis, hipertensos muy descompensados, diabéticos insulino dependientes o con historial familiar de enfermedad coronaria prematura. Lo más importante, en cualquier caso, es que uno comience a hacer ejercicio con un programa que implique un entrenamiento suave y de forma gradual se vaya incrementando su intensidad a lo largo de las jornadas sucesivas de ejercicios
Condiciones para que el ejercicio sea productivo: Como primera medida, la mayoría de las personas que se proponen realizar esta actividad se "apuntan" a un gimnasio y en general tras uno o dos meses de pagar la mensualidad y no haber acudido ni al 40% de las sesiones se esfuma la predisposición de hacer gimnasia. Pero cuando se prescribe médicamente la realización de ejercicio físico, de lo que se habla es de aumentar el ejercicio físico que uno hace diariamente. Aunque si usted prefiere hacerlo en un gimnasio, y tiene tiempo, dinero y voluntad para realizarlo de forma continuada, será un gran paso que ha dado.
Condiciones del ejercicio físico: Las condiciones que debe cumplir el ejercicio físico para que sea efectivo son:
- Que se muevan grandes masas musculares.
- Que sea continuado.
- Basta con hacerlo 20 minutos al día, tres días a la semana como mínimo. Sea cual sea el ejercicio, debe limitarse de tal forma que las pulsaciones (frecuencia cardiaca) en ningún caso supere lo recomendado en cada caso particular.
- El plan de ejercicio debe ser individualizado, considerando: Edad, si ha practicado ejercicio anteriormente, si padece enfermedades que lo contraindiquen y su actual estado de salud.
Usted puede estar pensando en estos momentos que no puede sacar una hora de su tiempo para ir al gimnasio, pero créanos, para hacer ejercicio físico esto no es necesario, basta con seguir las siguientes instrucciones:
- Use la escalera para subir y bajar en vez del ascensor, si no está en absoluto acostumbrado, comience bajando unos tramos de escalera y después de unos días baje siempre las escaleras andando para, paulatinamente subirlas, pero incorpore cada día sólo un tramo de subida.
- No utilice el coche mientras le sea posible, es más saludable ir andando o en bicicleta.
- Aparque unas manzanas antes de su lugar de trabajo y ande el resto del camino.
- Si utiliza transporte público bájese una o dos paradas antes y camine a prisa.
En vez de aperitivo extra en el bar de la esquina, dé un paseo a un ritmo acelerado por la vecindad.
Recuerde:
- Al igual que ocurre con la pérdida de peso, pequeños aumentos en la actividad física son favorables desde el punto de vista cardiovascular.
- Caminar es la forma básica de ejercicio y es altamente recomendable para la salud. El ritmo debe ser más rápido que el paseo normal, con pasos largos y moviendo bien los brazos y al menos durante tres horas a la semana.
- No es necesario acudir a sofisticados gimnasios para obtener todo el beneficio posible de la práctica de ejercicio físico.
8.- ¿Qué se puede hacer ante la hipertensión? Hay un número de medidas con las cuales su médico puede controlar sus cifras de presión arterial y evitar las serias consecuencias de su hipertensión. En caso de hipertensión moderada, un plan programado de dieta y ejercicio físico puede que sea todo lo que necesite. Ya se ha visto que existen una serie de circunstancias, hábitos dietéticos y estilo de vida, que están asociadas a la elevación de los niveles tensionales. Si esto no es suficiente, existe un gran arsenal de medicamentos para suplementar estas medidas. Su médico decidirá qué tipo de medicación es la adecuada para usted y la dosis que debe tomar. Nunca olvide que el hecho de tomar "pastillas" para su hipertensión, no implica que usted pueda dejar de hacer la dieta y el ejercicio que le han recomendado. Los excesos de cualquier tipo son malos para todo el mundo, no sólo para las personas que tienen elevadas las cifras de presión arterial.
Usted puede y debe llevar una vida normal sí:
- Entiende y acepta su condición de hipertenso y se lo toma en serio, sin olvidar que ella lo acompañará por el resto de su vida.
- Sigue los consejos de su médico. No interprete a su comodidad las indicaciones del experto. Recuerde que usted padece una enfermedad crónica, lo que quiere decir que la medicación la tendrá que tomar de por vida. Si con la medicación tiene la tensión en 140/90 o menos, enhorabuena las pastillas se la están controlando muy bien, pero si las deja de tomar, volverá a subir y volverá usted a estar en el mismo punto en el que empezó.
- No modifica la dosis del fármaco que está tomando. En caso de que le siente mal o tenga cualquier duda acerca de la medicación, consulte con su médico, él le explicará o cambiará el tratamiento hasta que usted se encuentre bien y su hipertensión esté correctamente controlada.
- Establece una rutina diaria para tomar la medicación y se mantiene firme en ella. La mejor forma de no olvidarse de la medicación es tomarla en el momento de una acción rutinaria diaria, por ejemplo: con el desayuno.
- Practica hábitos saludables, incluyendo control de peso, reducción de sodio y ejercicio físico. El hecho de que tome medicación para su hipertensión no quiere decir que usted pueda ganar peso o dejar de hacer ejercicio físico. Cuanto menos se mueva y más engorde más cantidad de pastillas necesitará para su control.
- Procura no consumir alcohol en exceso. Si bebe, reduzca su ingesta diaria a dos vasitos de vino o tres cañas de cerveza o una sola copa de licor al día. Recuerde que estas opciones son excluyentes, si usted toma dos vasos de vino no podrá además tomar las tres cañas de cerveza, pero sí podrá tomar 1 vaso de vino y una caña de cerveza. Si opta por consumir una copa de licor (ginebra, ron, coñac, etc.) tendrá el cupo de alcohol completo para el día.
- Mantiene una actitud positiva ante la vida. Procure en la medida de sus posibilidades, disfrutar de su existencia. Ocúpese de las cosas en lugar de preocuparse por ellas.
- Chequea regularmente su presión arterial. Aunque se encuentre bien acuda a todas las citas que su médico le programe, puesto que a veces es necesario algún chequeo o ajuste extra.
9.- ¿Está controlada mi hipertensión? Saber si está controlada la hipertensión es fácil. Basta con medir la presión arterial en casa. con un aparato llamado tensiómetro o medidor de presión arterial que puede ser de operación manual o automática. Este último, se trata de un aparato muy sensible a los ruidos y a los movimientos. Para que los valores obtenidos sean exactos, es necesario que el paciente cumpla con las siguientes condiciones:
- No hable ni se mueva durante la medición.
- Este relajado.
- Sentado y con el brazo derecho sobre la mesa.
- Que la ropa no le presione el brazo.
- Las piernas no deben estar cruzadas.
- La vejiga urinaria debe estar vacía.
- No haber comido, fumado, bebido alcohol, ni haber hecho ejercicio físico pesado, en los treinta minutos anteriores a la medición. Es recomendable repetir de forma inmediata la medición una o dos veces, el valor real será el promedio.
Luego compare sus mediciones con estos valores de la OMS: 140/90 mm Hg es el límite superior de la normalidad para la presión arterial. Por lo tanto, si su aparato mide una presión arterial de 120/70, o de 135/80, su presión arterial en ese momento es normal, por el contrario, si su presión arterial supera ese valor y usted tiene menos de 40 años, las presiones deben estar por debajo de 130/85 mm Hg. Si tiene más de 65 años, y dependiendo de sus circunstancias, tal vez pueda tolerar presiones ligeramente superiores a las referidas, pero nunca por encima de 160/95 mm de Hg. En general es necesario que anote las presiones y la hora a la que se la ha medido para posteriormente suministrar dicha información al médico en el curso de cada visita. Tomarse la presión en casa se lama autocontrol y tiene una serie de ventajas como son:
- Las presiones tomadas en el domicilio del paciente aportan al médico una valiosa información suplementaria siendo muy útil para el paciente.
- Los valores recogidos son muy fiables porque desaparece la reacción de alerta que tiene lugar cuando las cifras se determinan en la consulta médica lo que llamamos "fenómeno de la bata blanca" y es una reacción que tiende a elevar las presiones arteriales.
- Se pueden efectuar mediciones, durante las distintas actividades a lo largo del día, lo que implica que el médico reconocerá mejor como responde usted a determinadas situaciones o estímulos y podrá ajustar mejor la medicación de forma que la presión la tenga usted controlada en cualquier situación.
- Permite controlar de manera precisa la eficacia del tratamiento.
10.- ¿La presión arterial es siempre la misma? Con independencia del estado de salud que se tenga, la presión arterial de cualquier persona no es constante, sino que sufre muchas variaciones normales durante el día, aunque se mida siempre en reposo. Las cifras de presión arterial siguen un ritmo a lo largo de las 24 horas, que se reproduce de un día a otro y se llama ritmo nictemeral de la presión arterial, de manera que las cifras de presión son más altas durante el día y se reducen durante el sueño.
Circunstancias que aumentan transitoriamente los valores tensionales:
- El esfuerzo físico.
- El traslado a un lugar de clima diferente.
- Emociones fuertes, dolor, miedo, etc.
- Tensiones psíquicas, conducción de automóviles, hablar en público, discusiones enérgicas, ruidos.
Además, la toma de la presión arterial hace que se produzca una reacción de alerta que tiende a elevarla, a medida que se repiten las tomas de presión arterial, esta tiende a bajar. Por eso no está de más que se tomen dos o tres veces las presiones y se considere la última o la media de todas como presión real.
11.- ¿Siendo hipertenso puedo viajar en avión?: La hipertensión arterial, si es tratada correctamente, no prohibe largos viajes en avión. Son las enfermedades cardiovasculares graves asociadas las que en alguna ocasión les pueden prohibir viajar. En cambio, los bautismos del aire, los paseos en avioneta en alturas excesivas, sin cabina presurizada, no son aconsejables.
12.- ¿Siendo hipertenso puedo ir a la montaña o a la playa? En general los cambios de altura no modifican significativamente la presión arterial, aunque algunas personas tienen la presión más baja a nivel del mar. Algunas veces, ello obliga a reducir la medicación de los hipertensos cuando van a la playa, aunque esto es algo que debe hacerse bajo estricta supervisión médica.
13.- ¿Puedo tener dificultades sexuales al tomar medicamentos para la presión?: Se ha observado que en algunos pacientes ciertos hipotensores provocan una disminución del deseo o de la capacidad de conseguir erecciones en el varón. Felizmente el incidente es reversible. Si se encuentra en esta situación, no deje de consultarlo con su médico, él sabrá aconsejarle adecuadamente.
14.- ¿Debo dejar de trabajar si soy hipertenso? No hay razón para ello, salvo si su hipertensión exigiera una exploración que le llevara demasiado tiempo. La hipertensión, una vez bien tratada, no constituyen un motivo válido de baja laboral.
15.- ¿Si soy hipertenso tengo que tomar medicamentos?: No siempre. Lo más frecuente y dependiendo de las cifras de presión, del tipo de vida, consumo de alcohol, consumo de sal y grado de actividad, es que se inicia el tratamiento con medidas no farmacológicas y observar si las presiones se reducen en un tiempo prudencial. En caso contrario lo más recomendable es iniciar un tratamiento con medicamentos, sin olvidar que la dieta, el ejercicio, etc. no se deben dejar aún cuando se tomen pastillas para la hipertensión.
16.- Desde que me trato, me encuentro cansado ¿es normal? Si el cansancio sobrevino al principio del tratamiento eso no tiene nada de anormal porque hay que darle tiempo al organismo para que se adapte a una presión más baja. Durante ese tiempo usted puede notar síntomas de cansancio y ligeros mareos al cambiar de posición, que son pasajeros y no deben hacer que abandone la medicación. Estos síntomas desaparecerán pronto y se encontrará mejor que antes. Si aparece más tarde cuando usted lleva tiempo con el tratamiento, consúltelo a su médico que hará lo necesario, él le conoce y encontrará en lo que usted le diga o a través de un examen, la razón de sus síntomas. Esta puede ser independiente de su tratamiento antihipertensivo o puede ocurrir que el tratamiento tenga alguna relación, quizás la dosis se ha vuelto demasiado alta, o desde la ultima visita usted haya adelgazado mucho, o tal vez el tratamiento de un catarro o de un dolor de dientes lo haya afectado.
17.- Tengo tratamiento médico y aún así mi tensión aumenta. ¿Es normal? Si usted está al principio del tratamiento, eso no tiene nada de extraordinario, hay que saber esperar a que los medicamentos actúen. Además, no siempre se encuentra a la primera la medicación o la dosis adecuada. Si sus cifras cambian una vez establecido el tratamiento, su médico cambiará el tratamiento o la dosis. Si eso no es suficiente, se harán nuevas pruebas para buscar la causa que explique por qué su hipertensión es rebelde. ¿Seguro que no se ha olvidado de tomar los medicamentos todos los días y que los toma a la hora indicada por su médico? ¿Hay nuevas preocupaciones, nuevas dificultades que le hacen estar más nervioso? ¿O es que, desde la última consulta, ya hace tiempo, demasiado tiempo, ha engordado unos 3 ó 4 kilos que puedan afectar su control con la terapia antihipertensiva?
18.- ¿Se puede dejar el tratamiento cuando la presión se normaliza? Abandonar la medicación antihipertensiva puede ser peligroso. Cuando las presiones están bien controladas durante un año, su médico puede reducir la medicación o incluso retirarla en función de la evolución de las presiones arteriales y siempre enfatizando al paciente la importancia de las medidas no farmacológicas. En ocasiones se consiguen largos periodos de tiempo sin medicación, pero esto debe ser hecho siempre bajo criterio de su médico, nunca tome usted esta decisión. Recuerde, abandonar la medicación antihipertensiva puede ser peligroso y es importante que la reducción de la medicación en todo momento esté controlada y dirigida por un médico.
¿Hasta cuándo es necesario un tratamiento?: Mucho tiempo. Excepto en los raros casos en que la cirugía permite reducir radical y definitivamente la enfermedad, el tratamiento de la hipertensión debe ser seguido mucho tiempo. Cierto, existen "buenas" razones para descorazonarse y detener el tratamiento: porque lo encuentra complicado, o caro, o molesto, o inútil porque la tensión ha vuelto a la normalidad. Acuérdese, sólo la toma regular y permanente de la medicación prescrita, le mantendrá una presión normal.
19.- ¿Con el tratamiento antihipertensivo se pueden tomar otros medicamentos? Hay centenares de medicamentos contra la hipertensión y millones de medicamentos en las farmacias. Las mezclas posibles son innumerables, por lo que es mejor atenerse a las prescripciones de su médico, e informar siempre del tratamiento que se está siguiendo a los diferentes especialistas que usted pueda necesitar consultar.
20.- ¿La hipertensión se cura?: A menudo, en medicina, se habla de curación cuando es suprimida la causa concreta de la enfermedad. Como en la mayoría de los casos no se encuentra la causa de la hipertensión, no se puede, estrictamente hablando, utilizar el termino de curación. Solo se puede hablar de "normalización" de las cifras de presión arterial, cuando gracias al tratamiento, vuelven a ser inferiores a 140/90 mmHg.
21.- ¿Aunque tenga más de 65 años debo tratar mi hipertensión?: Sí. En los últimos años se ha podido comprobar que en las personas de edad cifras superiores a 140/90 mmHg, al contrario de lo que se creía, tienen asociado un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular que las personas con edad media, y que, además, se van a beneficiar sustancialmente del tratamiento disminuyendo las complicaciones que la hipertensión conlleva.
Hipotensión: Se considera hipotensión, a cualquier valor de presión arterial igual o menor a 90/60 mm Hg.
Los síntomas más comunes de presión arterial baja, son: Debilidad, fatiga, sudoración, náuseas. somnolencia, palpitaciones cardíacas, escalofríos, dolor u opresión en el pecho, dolor de cabeza intenso, dificultad para hablar, debilidad en uno de los lados de su cuerpo, inflamación en los labios o la garganta, fiebre superior a 38ºC, dolor de garganta, desvanecimientos, heces coloreadas o muy oscuras, sarpullido. Consulte con su médico de inmediato si experimenta cualquiera de las afecciones descritas, propias de la hipotensión.
¿Cómo controlar la presión arterial baja?:
- Muévase lentamente. Haga una pequeña pausa entre estar acostado, sentarse e incorporarse.
- Evite el calor. Esto incluye los baños o las duchas calientes.
- No beba alcohol. El alcohol puede contribuir a bajar la presión arterial.
- Conozca sus medicamentos: Consulte a su médico si alguno de los medicamentos que toma puede afectar a su presión arterial.
- Siga una dieta saludable rica en frutas, vegetales y cereales integrales. Su médico quizás también le sugiera agregar más sal a su dieta para aumentar la presión arterial.
- Beba abundante agua para evitar la deshidratación.
- Informe a su médico si tiene presión arterial baja y antecedentes de diabetes, afecciones hepáticas, renales o cardíacas.
Artículo divulgativo basado en información aportada por la Sociedad Española de la Arteriosclerosis. Clin Invest Arteriosclerosis.
Auspicia: Datamed Bank