LA ESPERANZA Y LA SALUD
Útil para controlar el sufrimiento
Introducción:
Como analizamos en el artículo: El sufrimiento y la Salud, este es optativo y por lo tanto manejable,en forma domestica, antes que se trasforme en patológico. La esperanza es una buena herramienta para controlar el sufrimiento. La esperanza se volvió objeto de estudio de la ciencia en las últimas décadas, con diversas investigaciones que muestran sus efectos positivos en variados aspectos de nuestra vida. La primera cosa que los investigadores afirman es que la esperanza personal es el resultado de decisiones y elecciones. Y una cosa es cierta: la esperanza tiene poder sobre la mente y el cuerpo. El interés de psiquiatras, psicólogos y médicos en la esperanza se debe a su potencial de cura y realización. El investigador Charles Snyder, entiende la esperanza como una idea motivacional que posibilita a una persona para que crea en resultados positivos acerca de sus metas y según él, la persona que tiene esperanza logra desarrollar estrategias de vida y de supervivencia más eficaces. En el área de la salud, las investigaciones han demostrado que el sentimiento de esperanza ejerce gran influencia en eliminar o reducir problemas físicos y psicológicos antes, durante y después de que sucedan. Es decir, el sistema inmunológico y hormonal de la persona llena de esperanza, es más eficaz. Las investigaciones de Snyder comprobaron que la esperanza ayuda al individuo a reaccionar positivamente en caso de enfermedades y lesiones. Esas personas son más fuertes en tolerar el dolor. El psicólogo comprobó que los portadores de esperanza tienen más capacidad o habilidad adaptativa para luchar contra el sufrimiento post traumático y resolver sus problemas. La esperanza realmente tiene poder. La emoción o el sentimiento de esperanza, por lo tanto, es capaz de promover no solo la salud mental, sino también física y espiritual. Algunos psicólogos relacionan la depresión con la ausencia de esperanza, situación en que la persona no ve más solución para sí misma. La palabra “esperanza” existe en la mayoría de los idiomas, lo que sugiere que ninguna cultura puede vivir sin esperanza. Desde finales de la década de 1990, él ha estudiado la esperanza científicamente, y ha demostrado su fuerte dimensión espiritual y religiosa. Scioli, comprobó que la esperanza está ligada a valores como paciencia, gratitud, amor y fe. Eso muestra que la verdadera esperanza es diferente del optimismo o el pensamiento positivo. La esperanza no es solo fruto del pensamiento positivo. No es algo que las personas tienen en sí mismas ni una fuerza especial que algunos reciben al nacer. Pero los que incrementan su confianza y confían en sus capacidades, renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas, correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán y rara vez desertarán. Otro aspecto importante de la esperanza es que lleva a las personas a tener confianza en relación con su presente y futuro. Por lo tanto, la expectativa de aquellos que tienen esperanza es tremendamente positiva. Por eso, ellos enfrentan los desafíos con optimismo y reúnen más fuerzas en todos los sentidos. Como aumento mi esperanza: La esperanza en sí misma puede ser muy beneficiosa para aumentar tus niveles de éxito en todo lo que hagas. Pero, ¿qué pasa si tu esperanza está flojeando? Aquí encontrarás algunas claves para aumentarla: Revisa tus metas: Si has estado luchando por lograr algo sin alcanzarlo, puedes sentirte desesperanzado. Entonces puede que sea el momento de establecer metas nuevas, realistas y alcanzables. Tal vez tus metas del pasado fueron poco realistas, pero ahora puedes utilizar lo que aprendiste de esos fracasos para establecer metas mejores. Piensa en tus circunstancias concretas y pregúntate: “Dadas mis circunstancias actuales, ¿qué cosas positivas puedo esperar alcanzar?” Esto te ayudará a establecer metas realistas. Utiliza una autocharla positiva: Por ejemplo, ante un revés o contratiempo, piensa: “Bueno, parece que así no lo voy a lograr, pero lo intentaré de otra manera”. A nivel general, puedes utilizar pensamientos como: “Soy capaz de hacer esto”, o “Esto va a ser difícil, pero es un reto interesante y estoy deseando ponerme en marcha”, o incluso: “Aún no sé cómo voy a hacer esto, pero encontraré el modo y lo haré”. Siempre será mejor que pensar: “Es imposible, no sé hacerlo, no tengo los conocimientos o la capacidad”, porque si te faltan conocimientos, puedes estudiar, y si no sabes hacer algo, lo puedes aprender. Rodéate de gente positiva y con esperanza: Si las personas que te rodean son pesimistas y negativas, te bombardearán con comentarios destructivos como: “no podrás hacerlo, es muy complicado”, “no vale la pena”, “ahora es muy mal momento”, estarán frustrando todos tus intentos. Es preferible intentar algo y fracasar antes que no intentar nada porque el fracaso te ayudará a aprender a hacerlo mejor en el futuro. La gente que más puede ayudarte es la gente positiva y realista, que se tome en serio tus proyectos, te dé una visión esperanzadora y buenos consejos sobre los mejores modos de alcanzar tus objetivos. No te conviene ni la gente pesimista ni la gente que se lo toma a la ligera y dice que tus planes son maravillosos incluso aunque les digas que pretendes ganar un millón de dólares en un mes. Además, la esperanza se aprende. Si te rodeas de gente con niveles altos de esperanza, te contagiarán su buena actitud. Genera rutas alternativas: Hay muchos caminos para alcanzar una meta. Si uno de ellos fracasa, busca rutas alternativas en vez de rendirte demasiado pronto. A veces hacen falta varios intentos para alcanzar una meta. No olvides esto cuando tus esperanzas estén flojeando. Genera emociones positivas: ¿Qué sucede cuando surge algún obstáculo en tu camino? ¿Cuándo tus intentos por lograr algo se ven frustrados? ¿Cuándo todo parece salirte mal? Puedes considerar esos momentos como una especie de prueba, porque lo que hagas entonces te dirá mucho acerca de ti y de lo que necesitas cambiar. Si reaccionas con ansiedad, con miedo, con depresión, con accesos de ira o, en definitiva, con emociones negativas, entonces no vas por buen camino. Esos obstáculos, frustraciones o rachas de mala suerte pueden enseñarte lecciones muy valiosas, puesto que puedes utilizarlas para cambiar y aprender a mantener un estado de ánimo positivo incluso ante las adversidades. Es muy fácil sentirte bien, ser optimista y tener esperanza cuando todo va bien. Lo difícil es seguir manteniendo la esperanza cuando las cosas empiezan a torcerse. Pero es precisamente en esos momentos cuando debes practicar y tratar de generar emociones positivas. No se trata de engañarte a ti mismo y decirte que todo se solucionará mágicamente, sino de confiar en tu capacidad para solucionar problemas, en que se te ocurrirá algo y superarás el obstáculo, en tu capacidad para generar rutas alternativas para alcanzar tus metas. Solo así lograrás mantener viva tu esperanza.
Artículo divulgativo basado en publicaciones de Ana Muñoz y en el libro Esperanza Viva.
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