Los Valores Morales

Joyas generadoras de éxito, paz y bienestar en su vida

 

 

BENEVOLENCIA:  (Altruismo, Compasión, Bondad, Benignidad)

Se trata realmente de un amor visceral. Proviene desde lo más íntimo como un sentimiento profundo, natural, hecho de ternura y compasión, de indulgencia y de perdón. Benevolencia en los juicios: Pensar bien es el primer paso; el segundo es considerar que siempre nos faltará información; el tercero es alcanzar un juicio generoso sobre el otro. En bastantes ocasiones todos hemos padecido a causa de interpretaciones erróneas, inexactas, por parte de otros; y seguramente nos hemos sorprendido de que hayan podido llegar a conclusiones tan erradas sobre nuestras intenciones y nuestros actos. Existe un margen de error muy grande entre nuestras apreciaciones y la realidad, entre esta y los verdaderos motivos que mueven a las personas. Si sabemos reconocer que, a pesar de las apariencias, todas las personas somos débiles, cometemos errores y con facilidad nos equivocamos, tendremos más oportunidad para tratar con benevolencia a los demás, con un corazón grande, una mirada buena que exprese un juicio bueno, positivo, nunca un juicio temerario. Alguien con aspecto de seguridad es, quizá, una persona enferma o preocupada, y si nos dejáramos llevar por la primera impresión, juzgando que es una persona prepotente, que avasalla, y si nuestro trato fuera frío y distanciado, cerraríamos la puerta para que se estableciera una relación cordial que podría proporcionar un gran bien a los dos. Una actitud benevolente unida a la sencillez y la amabilidad, favorece las buenas relaciones, facilita la concordia, anima a las personas a responder con la misma moneda, que es la clemencia. El exceso de rigor con los demás puede ser causa de un mal mayor. En toda mala conducta hay atenuantes, circunstancias que, sin justificar la acción, reducen la culpabilidad de la persona. Considerar con benevolencia todo acto ajeno ayuda a la justicia y, sin duda, a la caridad de nuestras actuaciones. La clemencia es la moderación interior aplicada a la capacidad de castigar; es clemencia la mesura que perdona parte de la pena merecida. Sin clemencia se puede llegar a la crueldad, que es la tendencia a las medidas duras en exceso. Conviene tener presente que se obedece mejor al que manda con suavidad. Y que la benevolencia es una de las semillas que hacen prosperar la paz en la familia y en la sociedad. La mediación es imposible si el ofendido cultiva dentro de sí el odio, el rencor y el propósito de venganza. Estas actitudes, que pueden tener consecuencias trágicas, transforman la vida de las personas, porque esta clase de sentimientos tan intensos tienen un gran poder sobre la libertad de la persona que los padece y no los controla: son sentimientos que invaden y esclavizan. El impulso a la venganza no obedece a la razón; es decir, no procede de la reflexión, sino del orgullo. Estos sentimientos solo pueden rechazarse con humildad y generosidad: valores que se alcanzan con la razón práctica junto con la voluntad.

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Artículo divulgativo basado en: El libro Pasó haciendo el bien, de Francisco Fernández C., Conferencias del Lcdo. Vidal Schimill de Escuela para padres y en la compilación "El poder de la verdad", de la Universidad de Ansted, E.U.A. historiaybiografias.com. Cuentos y canciones para compartir valores. Ed. de la Infancia. Conócete a ti mismo, Omraam Mikhaël Aïvanhov. Diccionario de la RAE.  Conozca sus fortalezas, T. Rath.  Se autoriza la reproducción del artículo, si se menciona como fuente: datamedbank-ec.com

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